Hoy leí la historia de Simon, de 19 años, que se fue de Polonia al Vaticano en una peregrinación sin dinero. Dijo que había conocido tanta bondad humana que aunque a veces dormía en las paradas de autobús, a veces también comía como un rey. Me recordó las historias de Kinga Choszcz (una viajera polaca), cuyas historias me inspiraron a embarcarme en mi propio viaje. Hoy han pasado exactamente 10 años desde que subí al avión y escribí en FB: «Estoy volando, volando, volando :)». Aterricé en Kenia, donde pasé 11 meses que me cambiaron la vida y escribí casi 130 publicaciones de blog al respecto (desafortunadamente sin traducción al español o ingles 🙁 pero si quieres usar GT, puedes comenzar aquí).

También emprendí mi peregrinaje por África sin dinero, pero sé exactamente quién me apoyó en este camino. Cada mes, más de 30 amigos me ayudaron económicamente para que pudiera comer y pagar a quienes me hospedaban. Su generosidad me permitió dejar algo de dinero en todos los lugares donde estuve, esperando que fortaleciera el buen trabajo que presencié.

Hoy sé que no sería la misma persona si no fuera por mi aventura africana. En gran medida, ha dado forma a mi corazón que quiere aceptar a todos los demás como son y tratar de comprender qué ha dado forma a esta alteridad. Hoy estoy muy agradecida con Dios y con todos los que estuvieron conmigo personal y espiritualmente. ¡Ojalá todos pudieran tener la oportunidad de experimentar tal peregrinaje!